Tiempo de ‘cariño’

¡Somos Cariñosos! Los dominicanos estamos muy acostumbrados a dar y a recibir cariño, es un intercambio en el que muchos de nosotros hemos sido formados. Hay personas en la que esa manifestación se constituye en una necesidad. A lo largo de nuestra existencia el cariño es un emoción que desarrollamos, que puede mermar en expresión, intensidad o frecuencia, pero nunca desaparece. En realidad, lo que siempre aspiramos es que esa manifestación sea recíproca.

¿Quiénes no lo entienden? Nuestros políticos.

Los que aspiran como nuevo, los que están y buscan quedarse, es que la plataforma electoral cambió, los métodos hoy son otros. Y la población está documentada e informada, sabe identificar las cualidades que adornan a cada candidato, su composición partidaria, sus oportunidades y el crecimiento que pueden exhibir, en lo personal, profesional y económico, para sustentar sus propuestas. Hoy nadie vende el corazón por un abrazo, ni mendiga un beso cuando tiene hambre, sed y camina descalzo.

No es con palabras Hoy día no solo son las palabras las que conquistan. Hay que hacer un trabajo arduo y continuo que llegue el alma. También debe haber coherencia de propuestas y de acciones. No solo se debe trabajar con el propósito de llenarle el estómago o hacer gala de su yo interno a través del individualismo. ¡Hay que trabajar! Conocer su demarcación, identificar sus necesidades, estructurar proyectos viables y entonar con quienes tienen el derecho de elegir a sus representantes. Pero es una tarea que a muchos se les está haciendo difícil…

No es político Inserte risas aquí. Luego vuelva a la realidad y acepte que si usted tiene algún problema de soledad, necesidad de cariño, ama los abrazos como yo y le gustan los besos secos esta es su temporada. El cariño está de moda, aunque no vista su mejor gala. Esta es su época, donde encuentra la manera de expresarse, solo que nadie puede dar lo que no tiene. No se fije en los discursos, ni en las entrevistas, tampoco en las recomendaciones personales, deténgase a pensar en el sentimiento, ese que viene de frente, que se siente y que nos arropa por dentro. No se detenga en el que se da de lado, que es vacío, mal intencionado y busca algo a cambio. Nos leemos la próxima semana, si Dios lo permite.